«El regalo más grande que les puedes dar a los demás es el ejemplo de tu propia vida.»
Bertolt Brecht
A estas alturas habrás escuchado la palabra influencer un montón de veces. Se trata de una persona que por sus características y red de contactos cuenta con gran credibilidad, presencia e influencia en las redes sociales.
Ahora que en el post anterior ya has definido qué es lo que te hace ser tan tú, estás listo para darte cuenta que no hace falta ser famoso para ser un influencer. Tampoco necesitas una cuenta en una red social para serlo. De hecho, ya lo eres.
La manera como afrontas tu vida es un ejemplo, tus fortalezas son un ejemplo, tus debilidades son un ejemplo, cómo tratas a los demás es un ejemplo, las palabras que escoges para cada situación son un ejemplo, tus reacciones son un ejemplo, tu sonrisa es un ejemplo, tu amargura es un ejemplo, tu frustración es un ejemplo, tu energía buena o mala es un ejemplo, tu mal humor es un ejemplo, tu felicidad es un ejemplo, tu cariño, ternura, bondad, gran corazón son un ejemplo, tu risa, tus lágrimas y tus gritos son un ejemplo, tus sueños son un ejemplo, cómo trabajas para alcanzar esos sueños es un ejemplo, tu determinación, perseverancia y excelencia son un ejemplo… Todo lo que haces y todo lo que eres es un ejemplo para alguien. Para tus amigos, para tus hijos, para tus alumnos, para tus padres, para tus hermanos, para tus compañeros de trabajo…
Lo que haces, lo creas o no, influye en la vida de alguien. Te invito a que seas un influencer que inspira, que motiva, que impulsa a que las personas a tu alrededor sean la mejor versión de sí mismas. Tienes el poder para hacerlo. Así que no importa cuántos seguidores tienes en las redes sociales, importa cuántos seguidores tienes en tu vida. No lo olvides, tú también eres un #influencer.
Con amor,
Ana