«Gran parte de la bondad consiste en querer ser bueno.»
Séneca
Existe mucha gente muy buena; personas que aparecen en tu vida justo cuando más los necesitas, te sorprenden con su bondad, con su sonrisa, con su alegría. Están dispuestas a ayudarte desinteresadamente. Los que tenemos la bendición de tener familia y amigos que se caracterizan por su bondad somos definitivamente afortunados, pero hoy no quiero hablarte de ellos.
Hoy quiero hablarte de esa gente buena que se esconde en todos lados, esas personas que están en el momento justo en el que las necesitas; al comprar algo en una tienda, preguntar una información, cuando tienes un accidente… Se esconden en un hospital, en una panadería, en un supermercado, en la calle, en un hotel, en un kiosco, en una gasolinera, en un restaurante, en el cine, en un centro comercial, en un parking, en una estación de tren o de aeropuerto…
Estas personas transmiten su bondad con la mirada, con la voz, con sonrisas llenas de cercanía. ¡Qué bonito es encontrarse con personas así! ¡Qué bonito es que nos recuerden que la vida está llena de magia, alegría y empatía. Cuando encuentres una persona así, házselo saber. Escuchar tus palabras de agradecimiento le harán sentir que esa bondad tiene sentido en este mundo en el que agradecemos tan poco. Las personas bondadosas nos traen felicidad, nos reconfortan, porque esa es su esencia.
Hoy y siempre agradezco cada persona bondadosa que me encuentro aquí y allá.
Con amor, Ana